miércoles, 21 de mayo de 2014

ARTÍCULO REVISTA DIGITAL "EL RECREO"

De sobra es conocido, y más para nosotros que queremos dedicarnos al mundo de la docencia, que el país con más potencia en ámbito educativo es Finlandia, tanto en enseñanza como en aprendizaje, como en formación de sus docentes, élite de la nación.
Cabe preguntarnos cómo un país donde sus pequeños no empiezan a leer antes de los 7 años y el cual es el que obtiene mejores resultados en cuanto a la evaluación de sus alumnos.
Tenemos que destacar también que de todos los países de la OCDE es el que menos horas de currículo tiene; esto se traduce a que es el que menos presión ejerce sobre sus estudiantes a la hora de realizar sus estudios.
El artículo que publica el diario LAINFORMACIÓN.COM el 7 de mayo de 2014, nos detalla, contando con la experiencia del docente y orientador psicopedagógico Xavier Melgarejo, quien vivió la experiencia en primera persona,  el porqué de su éxito, siendo un país que no invierte mucho más que cualquier otro del norte de Europa en educación.
La principal diferencia, cuenta Xavier Melgarejo, es la formación del profesorado, tanto para la etapa primaria como secundaria, algo que parece obvio que tengamos que tener.
Otra diferencia principal, es la conexión necesaria entre la familia, que considera la formación de sus hijos como algo primordial. Desde muy pequeños, las familias los educan en el respeto máximo hacia la educación, el trabajo y el profesorado. Las escuelas están subvencionadas por los ayuntamientos, y estos a su vez, por el estado; por lo tanto, todos tienen un fin común. Con respecto a las estructuras socioculturales, desde la iglesia luterana hasta los medios de comunicación juegan un papel importante debido a que persiguen los mismos objetivos.
Debemos tomar conciencia desde nuestra posición como padres, alumnos y futuros docentes de que una de las cuestiones más importantes sobre nuestros hijos es su educación. También darnos cuenta de que nosotros somos responsables de ella y que tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para favorecerla de manera óptima.

Por lo tanto, si bien el sistema finlandés no es posible que lo traigamos a España, sí debemos aprender de él y reflexionar sobre lo que podemos cambiar para que los resultados sean lo más favorables para nuestros alumnos.

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