LOGAN LAPLANTE es un chico estadounidense
de 13 años que ha diseñado su propio sistema educativo. Cuando tenía 9 sus
padres le sacaron de la escuela para llevarle a casa y seguir aprendiendo, pero
de manera diferente.
Lo más importante en la educación
del niño son sus interese; a partir de ahí, hay que fomentar su creatividad y
dejarle que experimente. Se pueden estudiar las áreas fundamentales completadas
con otras experiencias, como el contacto con la naturaleza
Logan dice que cuando a un
niño le preguntas qué quiere ser de mayor, contesta que astronauta (entre otras
cosas de igual calibre). Cuando a él le preguntan qué quiere ser de mayor,
contesta que quiere ser feliz y gozar de buena salud.
Logan cree que el éxito de
la educación está en “hackear” el sistema educativo tradicional: lo más
importante para un niño es su felicidad, que haga lo que a él le haga feliz y
que además goce de buena salud.
El método de Logan parece la
panacea de la innovación educativa, pero, es impensable trasladarlo al resto de
la sociedad. Solamente el hecho de no asistir a la escuela ya es algo inviable.
Pero sí debemos fijarnos en cómo dar rienda suelta a la imaginación y a la
creatividad de los niños y por encima de todo, que sean sus interese los que
primen por encima de todas las cosas.
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